Vuelo del alma




Por este dolor patentado con el tiempo,
olvidé la paz que se abrigaba en la sonrisa.
Volví evidente el desconsuelo y
disculpé con creces el lento transcurrir de tu mentira.

Si te dijera cuantas veces lloré bajo mi sombra
y cuantas otras reí con amargura.
Menosprecié mi alma en el penoso intento
de retener el tibio blanco de tus besos.

Si pudieras entender lo difícil de subastar un sentimiento
cuando la libertad ya tiene nombre, razón y carcelero.

Me convertí en una huella interminable
habitando tus perfumes tan esquivos,
instalé mi luz en tu certeza
y me volví un enredo de motivos divagantes.

Me transformé en historia,
en aventuras de un ayer despreocupado
y un pasado con sabor a clandestino.

Si tan solo supieras que mi mente ya bendijo tus designios,
que mis manos ya soltaron tus misterios
y mi presente se libera de tu instinto.

Si tan solo interpretaras mi silencio
comprenderías que estoy sellada al bautismo de tu pelo
y que ya morí las veces que tenía que hacerlo.


Inventando sueños

Desplegué canciones en honor a tus silencios
haciendo recorrer mis palabras por tu cielo;
busqué tus pasos en la ironía de mis mañanas,
cobijé destierros, sucumbí a mis miedos.

Cercené mis huellas… abdiqué a mis reinos.

Fui la paz en mil torrentes de quimeras
que maltrataban los altares de tus sueños.
Salté la barrera del perdón y mutilé mi orgullo
en el intento de irradiar tu voz de primaveras.

Me venció el dolor … malvendí mis tiempos.

Te sentí, te lloré, inventé una excusa y proferí consejos;
convencí a mi Dios de tatuarte en mis recuerdos.

Fui la calma entre la brisa que llegaba hasta tus ojos
renegando del adiós que me sembrabas en el alma.

Me ganó la vida …mancillé mis versos.

¿Acaso podía luchar contra el infierno de tus dudas?
¿Era posible acaso transgredir la ley del universo?

Al final nada valió … al final nada fue cierto




Contigo


Te beso…
y descubro un mundo arraigado a mis momentos,
es tu piel, tu sabor a mar y a sueños,
esa voz esparcida entre la brisa
que me invita a disfrutar de los silencios.

Me miras…
y tu pupila renace de los cielos
y me toca sin rozarme,
impasible como el tiempo
invadiendo el sol de mi otra vida;
eterno, locuaz, invulnerable.

Te abrazo…
y tus segundos mutualizan
lentamente con mis manos.
Me escondo en tu sustancia,
en tu fugaz anatomía,
y divago,
y me encuentras dibujando
tu perfume en los ocasos.

Me sientes…
Y te aprendes de memoria
el susurro de mi aliento,
impregnas de tibieza
la aurora que se cansa
en el afán de remedarnos.

Te visto con la piel del corazón
embebida en el espacio de tu calma.

¿ Si ves mis ojos que claman tu morada?
¿Alcanzas a percibir los latidos de mi alma?

Es mi sonar de melodías el que te habla,
una luz latente, intangible, sorpresiva.
Es mi imagen la que abrevia tus instantes,
quien te busca en el elixir de mi almohada,

Te beso, te miro, te siento …
en mi ser, en mi sangre, en mi motivo,
en el sublime lugar donde mi anhelo calla






Proceso inverso





En mi estado de equilibrio
busco el aroma tibio que te abraza,
esa palabra que sujeta mi melancolía
y que tiene el sabor de tus silencios.


Soy alquimista de tus sueños,
de tu susurro en el oído
que descifra la voz de mi cerebro.
Soy la fragancia que despierta tus sentidos
y descomprime lo prohibido de tu cuerpo.


¡ bendita sea tu luz que me dibuja !
¡ bendita la caricia que me das en la distancia !


En mi sol, en mi condición normal,
en lo espontáneo de mi ambigüedad,
justifico la sonrisa que amenaza condensar mi alma.
Imito la agonía de tus segundos
disfrazados de fluidez en mi presencia;
cuantifico los te quiero
y una deuda interminable te hace víctima de un beso.


Así mismo yo,
anclada en lo superficial de una razón
por minutos me someto,
por instantes simplemente muero…


Y yo... yo me vuelvo consecuente


Vivo el hoy,
inyectando cada segundo
con antídotos de olvido.
Muero en el siguiente paso
intentando comprender
cuánto tiempo se tarda en vender un sufrimiento.
Me acerco a tus rincones celestiales,
ahora ya divorciados de alegría.
Y tú…
tú me acompañas a respirar en el vacío.


Y reniego de mirar las mismas cosas,
el mismo terciopelo de tus manos
que segregan voces de un abisal silencio.
A veces me contraigo en el dolor,
otras más sonrío en contradicción a lo que siento.
Se transmutan mis suspiros a lo incierto
en honor a ese pasado no vivido.
Y tú …
Tú permutas la máscara que separan nuestros lienzos.


Y dentro de un cuerpo que no me pertenece
juega un alma,
levita un verso almidonado con migajas de te quiero;
se invaden sueños y se eternizan tiempos,
minutos disecados donde susurran
y convergen unos ojos con el cielo.
Estallidos de palabras revisten de infinito
un instante con olor a besos.
Y tú… tú comienzas a ser mío.

Escollera




Dame vía libre para pensar en tus preceptos,
para beber tus argumentos y derrocharlos
al sonar de un simple sueño.

Dame una luz que no ciegue las miradas,
que sienta la armonía de mi ser encapsulado
en la ilógica perpetua de tu risa.

Concédeme el color de la mañana,
regálame el olor de tu cabello.

Permite que te irise con mi boca,
que dibuje tus lunares al compás
de un plenilunio en el invierno.

Permite que te sueñe,
que despierte arrinconada en tus canciones vespertinas,
en el arrullo pretencioso de tu sin par anatomía.

Dame un mundo …
una frase que alimente mis neuronas,
un halago que me llene los pulmones,
una caricia que no me lleve a la deriva.

Dame un silencio …
una voz que no difame mis palabras,
un sol que no se acobarde con mi alma,
un presente que no se llame melancolía.

 
 
Mil Madrugadas Mix 1 - Dj Mendoza (feat. DJ Osi)
Indecible


Confieso que he callado auroras con mi mente
y envuelvo los instantes con perfumes nunca recorridos.
A veces hay todo, por momentos nada existe.

Confieso que crecí moribunda en este mar de sueños
redimiendo amores por la magia innoble de unos besos;
reconozco sin sentirlo que en esta vida y en las otras
desperdicié palabras y silencios.

Y digo, con una voz que sabe a melancolía,
que arrodillé mis versos a la escondida faz de una certeza.
A veces perdoné criterios, por momentos disfracé mis miedos.

Confieso que malogré neuronas
intentando comprender a quien se castiga
cuando envejece inexorable el sentimiento.

Siento y lo expreso sin hacerlo que vendí suspiros sin razones
a la infinita oscuridad del color del pensamiento.
Abdiqué tantos pasos sin querer, destrocé la tibieza de lo eterno.

Me avergüenza ser mutante de lo ilógico del tiempo,
estacionando mis sentidos en un espacio en retroceso.

Reconozco que en los frágiles mundos que me invento;
a veces me obligo a malvivir,
por segundos me superan los recuerdos.





Ayer y hoy




Elocuentes nebulosas de un pasado,
cantar bohemio con la voz callada
por el paso de los tiempos.
Una profecía,
un rostro dibujado en cada esquirla del silencio.

Y te llamabas ilusión,
trazos de pasión aglomerada,
lenta luz que cohabitaba con mis usados pensamientos.

Te llamabas verso,
linimento fugaz de mi palabra,
un rizo de avellana precursor imaginario de lo eterno.

Se cierra inminente el telón de los ayeres
malogrando los minutos de tu luz haciendo eco.

Se desnuda el hoy
y en un devenir extraño de los cielos
tu nombre comenzó a llamarse lejanía,
y a mi …
A mi la luna en su inconstancia
bautizó mis ojos con el agua de los miedos.

El presente que corrompe se desvela
posándose en la inmensa esclavitud del sentimiento,
es un ahora…
Y duda siempre entre llorar o sentirse satisfecho.

Es un horizonte,
cofradía de perfumes blanco celestial
que coloca tu sonrisa en el ámbar de los sueños.
Mientras yo …
Yo estrangulo mi memoria para no morir
en el azul turquesa del recuerdo.




Sin ti ... sin mi ... sin nada


Clamor sin cielo, lunas de noviembre inexistente,
un altar que palidece por carencia de los sueños.

Muda de las manos… silente herrumbre de mi voz.

¿Acaso sin tu piel es posible vomitar un verso?

Se despide la esperanza, se hacen grandes los declives,
muta la razón hacia el gemido que te extraña.

Vida mía, dime:
¿Cómo se nace de nuevo sin el sol de tu mirada?
¿A quién le vendo el dolor si estoy al límite del miedo?

Deshojo el tiempo caminando los recuerdos,
calidez sin par, elocuencia de lo cierto.

Lo confieso…
Medía la orilla de la ausencia
y anhelaba descubrir cómo se besan las distancias.
En ese momento… en el pasado,
cuando tú me amabas y yo adoraba tus silencios.
Cuando te tenía, cuando respiraba,
¡Cuando estaba viva!