Más allá del amor [Dueto con giuliana Bio]



GIULIANA BIO / SARAH VALENTINA



Se lleva todo, toma las fibras de mi alma,
aleja la oscuridad dentro de mí ...

Despliega lentamente la pasión de sus momentos;
mi voz, quien pertenece a sus instintos, espera...
espera siempre la unión absoluta de su vientre en mis sentidos,
en elocuente sinfonía entre presente y primavera.

Son estaciones que bailan al compás
de las caricias que intangibles me
estremecen cuando pronuncio su nombre...

Nombre que colapsa sitios de mi cuerpo,
agitándome inconclusa ...
No soy yo, es la obsesión
que se bautiza involuntaria cuando
su recuerdo se anida en mis neuronas,
es él, que se alimenta día a día
con el dolor infinito que lo extraña...

...que deambula solitaria e inconexa a los resquicios
de un querer que me atormenta...
me transpira la conciencia
de pensarlo lejano a mis manos,
a mis dedos que recorren
una y otra vez su perfil en mis pupilas.

Y se deterioran mis palabras
procurando alcanzar su melodía ...
es la evidencia de sus ojos respirando
por siempre en mi memoria..
Es el néctar de mi vida su veneno en mi locura
y qué difícil es amarlo
compitiendo con la brisa...

...Esa brisa que se absorbe los deseos dormidos,
colapsando mis quimeras
de aferrarlo entre mis versos,
para amarlo más allá del universo.

¿Que facultades me concede su universo?
Me encadena y transmuta mi inconsciencia...
ovaciono esperanzada el brillo al que me aferro,
queriéndolo mío , sabiéndolo del mundo...
Haciendo parte, de relámpagos de miedo

Y sobreviviendo con los restos de aquella emoción,
dirijo mis pasos condenada
al exilio de amarlo más allá del sol...
más allá del mismo amor

Hay amores ... y amores


 
 
Hay amores que aclaman ser bebidos,
inquisidores de la piel de nuestros sueños,
desnudan nuestra alma
y horizontes de luz perfilan nuestro cuerpo.
Sosegados y eternos,
dejando caer pétalos de sol en nuestros dedos.

Nuestras manos lo cobijan, lo acarician sin fronteras,
la dulzura que destilan siempre imprime sus deseos.
Son mar, avidez de rosas su camino,
incita a mirar futuros escondidos;
relajante mirada que acaricia los sentidos.

Hay amores que nos hacen masoquistas,
clamor infame y despiadado de la música del alma,
lamento inconforme de nuestra intrínseca pasión.
Levitar sin ser oído en antros sucios del espacio,
apoplejía de cerebros no invitados,
todo un maullido de dolor envuelto en manos.
Son carroña, sarcasmo de vitrina,
gladiolos que anuncian la muerte de los pasos.

Hay amores que definen nuestra vida
en el corto tiempo de tu estancia,
abruman nuestra conciencia, desnudan nuestra flaqueza
y nos hace amantes de un sinfín de dichas inalcanzables.
Llenan de melancolía al reconocer sus alas,
se vuela juntos a la otra orilla de la noche,
entre lágrimas y sonrisas transcurre el alba.

Hay amores que marcan nuestra fe
y tiñen toda una vida de nostalgia,
en un minuto, en un segundo,
en el reducido espacio de un dolor infinito;
se pierden en la espesura del deber
y desvelan un corazón entristecido.

Hay amores que perduran con los años,
otros que sencillamente se mueren al nacer.