Donde yo no estoy ... donde yo te busco



Déjame entrar,
déjame mirar dentro de ti
y escuchar la mentira de tus ojos,
lo que dice la brisa lenta
que te acompaña en tus madrugadas...
donde yo no estoy,
donde yo te busco...

Déjame entrar en tus suspiros,
cálidos, desbocados, apasionados,
utopía de dioses
arrodillarse en tu presencia,
donde yo no estoy,
donde yo te busco.

Déjame entrar desafiante a tu morada,
ahí, donde se une lo mágico y lo humano,
en tus sentidos, en tu nostalgia,
déjame mirar dentro de tu alegría,
permíteme tocar el jardín de tus recuerdos,
donde yo no estoy,
donde yo te busco.

Déjame abrazar tus primaveras,
tu sol de invierno,
la luz desnuda de tu aurora...
déjame avanzar
al horizonte de tu grandeza,
y desplegar la maravilla
del rocío ante tu paso...

Déjame ir por ti
a rescatar tus manos
de las arenas movedizas
de este mundo frágil,
déjame amarte....

Déjame entrar hasta tus sueños,
donde yo no estoy,
donde yo te siento,
donde no me encuentro
porque me perdí
buscándome en tu silencio.


Derrotando imposibles



Quiero someter al viento,
in fraganti tomarlo por los hombros,
sonreírle y meterlo en mis adentros.
quiero escuchar un sol
que abanique mis recuerdos,
confundirme con los charcos
de una lluvia empobrecida,
quiero morir a Dios cantando.

Invadir la canción de un santo,
conquistar pasiones con un dedo,
lamer un cielo
y tirarle piedras a neptuno,
quiero discutir con el abogado del diablo.

Quiero un verso de comienzos,
quiero estrofas terminales,
fotografiar el alma de los mares,
abrazar bohemios sin cantares,
nadar hacia la cima de lo absurdo,
deseo rosas,
deseo miedo,
quiero oir gaitas escondidas,
decir un "te amo" sin sentirlo,
quiero caminar por el filo de un abismo,
disolver mi sexo en los azares de la vida.

Tengo esperanzas,
la historia aclama:
es mas fuerte el ave posada en el árbol
que el árbol mismo.

Quimeras alzando vuelo



A veces muero,
ni yo misma me encuentro,
¿cómo me encontrarás tú?
a veces muero y no te das cuenta,
sólo soy un marcapasos del destino,
un viñedo empobrecido
entre unas manos sin cosecha.

¡ si me oyes, escúchame !

¿es lo mismo cierto ?
que pena me das,
oír y escuchar no es lo mismo,
pero tu mente nunca dará más,
solo vives por vivir,
solo sueñas por soñar,
rogocíjate en tu andar,
en tu estúpida sonrisa,
regodeáte en tu abismo.

¡ si me ves, mírame !

que risa me das,
ya tus manos no esclavizan,
ya tu cuerpo no somete,
ya tu mente no analiza.


Soy un mártir sin consuelo
en este reto de castillos,
mis pies sin dueño
volcarán tu cieno,
lodazal inmundo, tu manjar veneno,
carcinoma de ojos verdes
que me arranca mi reflejo.

¡ si me hablas, dime !

no,
tu no sabes del dolor,
de las quimeras,
solo existes porque sí,
porque miras a los otros.
Ya no quiero tus pálidos instintos,
ave muerta por siempre en mi refugio,
ni una lagrima tendrás en tu sepulcro.

Nadie te buscará en la sombra,
tu no existes para el mundo,
tu no tienes primaveras,
ultrajas un presente
amarrado a tu cintura,
socavas mieles
que brotaban hermosura,
derribaste los altares
que anhelaban ya tu espera.


Nadie comprendería



Nadie comprendería
cuando digo que el sol
está muriendo en mis manos,
cuando digo que mi presente
es mas corto que mi ayer,
cuando digo que mis ojos
reniegan de mirar un mismo día...

Solo tú desnudas mis lamentos
y me haces florecer
en una primavera eterna...
solo tú predices mi futuro
en este oasis incierto
que se alza irrazonable
entre un querer y una realidad ambigua...

Nadie comprendería porque no sé
si soy de hilo o de espuma
si soy de mármol o de viento..
no sé si vivo para ver morir mis ansias
o si muero para alcanzar el cielo...
tal vez soy de aire
o quizás de miedo...

Nadie comprendería
que solo sé que no soy yo,
que me siento como una luz perdida
desplazada por figuras de un ayer,
o quizás de un hoy
aunque ese hoy nunca llegó
y si llegó
seguramente naufragó en el fango
o quizás resbaló por un vientre equivocado...
o tal vez era mi vientre
y no pude tocarlo,
ya no había música en mis manos,
y si hubo música mis oídos no la alcanzaron
o quizás mi mente no lo aceptó
porque tú no estabas...
porque no venías...
porque tu voz ya no era mía...

Nadie comprendería
lo que escribo...
tal vez si, tal vez no tiene sentido...
solo tu presencia me indica un norte,
solo tu boca dirige mis pasos,
solo tu pelo me dice que hacer...

Nadie comprendería lo que siento
y mucho menos lo que escribo,
solo tú alcanzas a imaginar
porque hoy estoy en el mismo hoy que nunca llegó....


Felicidad .. ¡ No te quiero !



Vete júbilo incesante,
mis días grises no necesitan de tu aire,
estoy nublada, obnubilada y seca,
el azul del canto de las aves
dieron paso a un mortífero mañana,
estoy desierta,
petrificada al oír cantando a unas nubes
una quimera lastimosa,
vete blanco amanecer,
no te necesito en mis lagrimas,
soy un cuervo presencial
de carroñas mal pagadas...

Sal de mi vida alegría ensoñadora,
¿quien necesita de tus huesos?
no necesito tu presencia
contando primaveras incontables;
yo en mis parcas melodías
deambulo en las estériles cosechas.
soy mi sombra, mi dolor, mi propaganda,
bebo del vino de la ausencia
con la sed del desterrado,
no necesito tus arroyos
inundando mis sandalias.

Desaparece lenta mariposa,
tu verdor no me consuela,
no remienda mis pétalos caídos,
no sosiegas la ansias que provocas,
¿para que vives tratando de anidarte en mí?
no necesito tus canciones,
puedes irte con el cáliz de las rosas.

Felicidad, sal de mi vida,
no le haces falta a mis instintos,
una desgracia para mí tú has sido,
pálido reflejo que desgasta mi memoria.
emigra lejos,
donde mi pasión no te alcance,
pero por favor,
¡ regresa antes de que te hayas ido !


 
Si llegas y no estoy



Si llegas y no estoy
déjame tu conciencia,
moldearé su rostro
para besarla a escondidas,
déjame tu sudor,
mojaré mis pasos para regresar de mi ausencia,
déjame tu fragancia,
impregnaré mis rosas en tu descanso,
reposaré en tu mar aunque no lo encuentre.

Déjame la pasión que arrancaste de mis manos,
ladrón de canciones de un violín que no servía;
déjame tu huerto,
sembraré mis pies en el silencio,
jugando a eternizar un amor que no tenía.

Devuélveme mis ojos
para mirar ajeno el precipicio,
lanzarme a él
y caer sentada entre tu alma;
entrégame tu espacio, entrégame tu aura,
que necesito tenerte como mi sed me manda.

Si llegas y no estoy,
derrama flores en mi cama,
revuelve tus cabellos
y vístete de negro,
porque si mi voz está perdida
es que morí llorando tu recuerdo...


Quise lo que no creía



Quise alcanzar un sueño,
te ví,  creí,  hice de tí mi refugio
y los días se convirtieron en poemas,
en poemas donde tu arrancabas mis suspiros.

Te ví, creí, hice de ti mi cobija,
cerré mis ojos durante un segundo eterno
y te veía ... aquí, anidando en el brillo de mi voz
en la locura indecible que siento
al no poder tocarte.

Te ví,  creí,  hice de ti mi tormento,
porque en mi cuerpo ya estabas antes de conocerte;
 te conocí y mi alma ya te sentía,
hasta mis manos reconocieron tu cabello espeso.
Mi voz claudicó ante tí
y se rindió ... muda, silenciosa,
se arrodilló ante el brillo de tu mirada.

Te ví,  creí,  hice de ti mi pasión,  mi luz,  mi alegría
y en un instante cuando el viento se hizo leve
mis labios quedaron sin tu sabor
y mis dedos ansiosos por recorrer tu cuerpo, tu pelo,
comenzaron a extrañarte antes de haberte ido.


Yo ... pecadora



Me confieso ante los ojos de lo absurdo,
soy ilusa,
sueño un bosque de calamares terrestres
reptando ante la perfidia del mundo;
soy inmóvil,
solo mi mente se mueve
al ritmo de este cielo estúpido;
soy muy franca,
la osadía de unos héroes que no existen
me hacen llorar de lástima,
me hacen gritar de susto.

Me confieso ante la mirada de un destino;
bajo mis ojos,
nunca hago nada,
¡ merezco la muerte !.

Veo pasar insensatas destrucciones,
ópalos de sangre inundan mi cabeza;
y no hago nada,
me limito a llenar de aire mis pulmones,
a mirar, sonreír, hablar,
sabiendo que una aurora gime de tristeza.
¡ merezco el cadalso !.

Me confieso ante este mundo infértil,
mas infértil es mi voz,
bosteza ineptitud
mi sombrío aire congelado.
¿ es que necesitan llamarme por mi nombre ?
que retardo insulso me rodea,
que retardo insulso soy yo misma;
veo morir un punto agitado en la espesura
y no hago nada, nadie hace nada,
ni siquiera el que se hace llamar hombre.

Me confieso de rodillas,
calladamente me acusa un hambriento
ante la mirada de una triste soñadora,
despliego indiferencia involuntaria,
solitaria golondrina del momento.

bajo mis ojos,
me acobarda la verguenza,
soy una mas en el terreno
vestida de valiente pecadora.
Te he permitido todo



He permitido
que el deseo asome a mis ojos
y me esclavice
en una prisión que lleva tu nombre.
He permitido
que lentamente entres en mi refugio,
acompasado a veces,
salvaje siempre,
y yo sumisa
solo atino a acompañarte,
a vagar,
a recorrer el valle esplendido
de nuestros cuerpos juntos.



Te acompaño quedamente bajo tu ritmo,
hasta que un reclamo silencioso
sale de tu garganta
haciendo penetrar el sol por mi ventana.



He permitido
que sueñes explorando mis lugares,
porque solo tus manos hacen de mí
un huracán impaciente,
que se derrite ante tu tacto
como una efímera flor...
Y deambulo estúpida
ante tu calor desconocido,
fragante animal
que despierta mil pasiones
en mi mente.


Te he permitido todo
porque solo en tu cárcel
explota la paz que necesito.

Amo tus huesos



Amo tus huesos,
amo tu ropa
mojada entre las sales del deseo,
amo tu vientre
que en mis manos se vuelve mariposa,
sigo tu espalda
que silenciosa gime cuando no me toca.

Sonrío si me inculpas
por tus desdichas enfrentadas,
todo en tí me quema,
tu lengua sobrepasa
un límite en espera,
me traspasa tus sabores
una ósmosis callada.

Amo tus lamentos
taciturnos y obsoletos,
persigo la evidencia
de tu pasión desmedida;
ella es mi calma,
es la que eterniza mi sonrisa,
es una lucha de dos mundos:
la lejanía que tu sexo grita,
la cercanía que mi mente aviva.


En la espera de un adiós



Como estrella fugaz iluminando senderos
así es tu luz,
néctar que endulza mis amargas alboradas,
amante amable, pasión sin duelo,
suspiro que inquieta mi memoria,
a tu lado ya no hay sombra
placer de dioses tenerte en mí escondido.

Antes prohibido era tu nombre,
todo un sacrilegio marcaba mi osadía
pecado original imaginarte sólo mío,
querías posarte,
anhelabas irte,
sin saber que mi corazón su rumbo detenía,
nadando presuroso en los aciagos del vacío.

Hoy que te tengo
elevo plegarias silenciosas,
no quiero hablar muy fuerte,
un grito ahogado me quema la garganta,
el temor de que levantes vuelo
me hace gemir muy quedamente,
miro alas en tu espalda
y un presentimiento agota mis sentidos:
me voy, yo no me quedo,
una y otra vez tu voz me canta.

Expectativas danzan al compás de una musica temida,
mis manos se sofocan elevando un rezo por mi ego,
me profano entre un correr y un no me muevo,
le tengo miedo a tus dudas consabidas.

No te marches,
Son tus ojos el abrigo de mi espejo,
luz polarizada que atraviesa el prisma de mi vida.


 
Si la dicha me alcanzara



Si mi sombra se resbala
y el veneno escapa de mi suerte,
si vuelo y no me estrello contra un muro,
si avanzo y el camino está desnudo,
es que un sueño me acompaña,
destellos abren fuegos
que calcinan ya mis miedos,
el bullicio desterrado
mora fértil en mi suelo,
nadie pisa, nadie mata
florece el viento en eterna primavera,
gaviotas hacen nido aqui en mi cielo...


¿como hacer si la calma hoy no está lejos?
danzar la canción antes prohibida,
dejar colgado un sol en mi ventana,
hacer malabares, ilesa caer sentada,
antes era un mito en mi mañana;
amar antes que muerte,
sin vivir en la "no vida"
aligerar mis pasos en la senda conocida,
alegría posada en los alares de mi casa,
es mi silla, es mi estancia,
nadie aviva mis infiernos,
me someto a los placeres,
no soy vírgen sin pecado concebida.


Si,
así fuera si la dicha me alcanzara,
pero soy mas hábil,
siempre corro más que ella.
es esquiva,
prostituta sometida a los dedos enemigos.
y ángeles hablan a mi oído,
como profetas que me mienten
que me piden: no descanses,
la luz está a la vuelta de la acera
¿esperar un mundo que no esperas?
yo me niego,
despierta puedo mirar quien me cercena,
definir objetivamente mis quimeras:

mis pasos son esclavos de un ayer,
mis ojos apagados por presentes,
el futuro es un antro inexistente
que grita despiadado y me lacera:

¡vivirás en pena hasta que mueras!


En el amor coloco mis pasos




A veces me toca indiferente,
me hace soñar ardientes aromas
de rocas cristalinas,
a veces me empuja
y languidece una aurora en placeres momentáneos,
siempre hace arder mis ojos,
con lagrimas o sonrisas
copia melodías expresas que mi corazón agita.




A veces profesa lirios blancos,
canta ensueños por doquier,
ata cielos, une estrellas,
eligiendo las mejores rosas,
exprimiendo su mejor perfume,
excitación profunda que mata un miedo,
escarlata pasión sometida a prueba.




Muchas veces lloran mis instantes,
luces negras cantan
en un vestido de esperanza,
mi verde túnica se afianza
pero pierde la batalla con el fuego;
el futuro se ve,
se puede tocar, beber, amar,
pero mis manos no lo encuentran,
y así,
bañada en grises terciopelos,
mi corazón grita un lamento del mañana.




Sinónimo de amor ... contradicción,
sutileza que descubre nuestras alas,
navegando en cálidos aires perfumados,
destruye azucenas
y recorre un altar de ocasos desplomados.
Otras tantas acalla lazos,
pena, sumisión, alevosía,
inmóvil criatura sin fronteras
esparciendo inopia con su llanto.




El amor es así,
doliente pesar de pájaros sin vuelo,
promesa voraz de sueños alcanzados,
lagrimas, derrotas, fracasos,
donde yo,
con todo mi esplendor,
silente soñador,
coloco mis pasos.