Amo tus huesos



Amo tus huesos,
amo tu ropa
mojada entre las sales del deseo,
amo tu vientre
que en mis manos se vuelve mariposa,
sigo tu espalda
que silenciosa gime cuando no me toca.

Sonrío si me inculpas
por tus desdichas enfrentadas,
todo en tí me quema,
tu lengua sobrepasa
un límite en espera,
me traspasa tus sabores
una ósmosis callada.

Amo tus lamentos
taciturnos y obsoletos,
persigo la evidencia
de tu pasión desmedida;
ella es mi calma,
es la que eterniza mi sonrisa,
es una lucha de dos mundos:
la lejanía que tu sexo grita,
la cercanía que mi mente aviva.


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